Economía. No nos salvamos.
Televisión española anunciaba hoy que la deuda pública española había alcanzado los 774.549 millones de euros, a un ritmo de crecimiento -durante los tres primeros meses del año- de 436 millones por día. Esto significa una remontada de 39.588 millones más con respecto al trimestre anterior (734.961.000 a 31 de diciembre), a pesar de los programas de ajuste que han llevando a cabo Gobierno central y autonómicos durante este periodo, y del 100% desde el 2008 – el estallido de la crisis- cuando sólo representaba el 35,8% del producto interior bruto). Y esta cantidad no incluye los 100.000 millones prometidos por Europa el sábado pasado, destinados a sanear la banca española.
Este endeudamiento representa el 72,1 % del PIB (unos 1.062.591 millones), el nivel más alto desde hace casi un siglo (76,7% en 1913). Aunque no es mucho si lo comparamos con el mayor nivel de deuda pública alcanzado, según el FMI, del 162% que se alcanzó en 1880, tras el pánico bancario que produjo la fuerte concentración del riesgo crediticio en el sector ferrocarril (el ladrillo de ahora), lo que provocó el hundimiento del sector financiero (de 60 bancos existentes solo sobrevivieron una quincena). El Gobierno además presagia que llegaremos a un 79,8% del Producto Interior Bruto (PIB) a finales de año (superaremos el nivel de 1913).
Si repartimos esta carga entre la población de España salimos a más de 16.500 euros por cada español. Pero si lo repartimos sólo entre la población productiva, la cifra resultante es de escándalo.
Estos cálculos nos llevan necesariamente a una situación de impago (nada raro para una nación que ha quebrado unas 13 veces desde 1800).